Es un peso enorme, el cuerpo sin energía ni fuerzas y siento que hasta tener los párpados abiertos es un tremendo desafío.
La garganta apretada, sin deseos de explicar nada, solo llorar, pero no en un llanto desatado, sino en unas lágrimas que caen y caen y no paran de caer.
Miro la cielo pidiendo una explicación, pidiendo que todo pase, que ya no duela el corazón.
Cuando me comienzo a calmar, recuerdo que esto que sucedió es un “para siempre” y el dolor vuelve a arremeter con fuerza.
Lo único que tengo claro es que, mientras toda esta tristeza no salga, nada va a estar mejor, me duele expresarla, pero más me duele esconderla dentro de mi.
Con el tiempo, me he dado cuenta que la tristeza provoca miedo en quienes nos rodean (lee más sobre el miedo), les asusta vernos llorando, nos calman como si fuéramos a entrar en una situación catártica sin salida y autodestructiva.
Las personas en general le temen al “estallido” del llanto... si alguien llora, quienes la acompañan lo primeo que hacen es decir “no llores, tranquila/tranquilo, calma”...
¡NO!, necesitamos llorar, sacar, expresar, las lágrimas no dañan...
¡SÍ!, todo estará en calma cuando podamos soltar esa pena grande y aliviarnos de ella...
¡Déjennos llorar!, no pasará nada solo descansaremos de ese dolor que aprieta el corazón y no deja respirar.
¡Las lágrimas lavan nuestro cuerpo y nuestra alma!
1. ¿Qué se esconde detrás de la Tristeza?
La tristeza es una emoción que surge cuando sentimos que perdemos algo y que esa pérdida es irreparable, por muchos intentos que hagamos nunca más volvemos a recuperar lo perdido, esto marca un antes y un después en nuestras vidas.
La tristeza sin razón no existe, siempre hay un motivo, un “algo” que puede estar escondido, olvidado o quizá simplemente no lo reconocemos, por ello es importante revisar nuestra historia, buscar en el pasado algún evento o situación que haya gatillado esa tristeza y que hoy aparece más vívida que nunca.
La agenda siempre copada, sin tiempo para nada más que para el “hacer”, sin detenerse a la emoción, es muchas veces una forma de evitar entrar en la tristeza y darle su espacio para que ésta se exprese, pero tarde o temprano todo esto no sirve, ya que la tensión consciente o inconsciente de esta represión termina en un ánimo alterado, estrés, irascibilidad y ansiedad, intentando controlar esta pena que se siente creciendo y creciendo y que pareciera salir en cualquier momento.
2. ¿Para qué sirve la Tristeza?, ¿Cuál es su propósito?
La emoción de la tristeza nos conecta con nuestros aspectos más vulnerables, nos permite valorar lo que tenemos y lo que perdemos, reconociendo ese instante como un momento posible del cual aprender.
La tristeza nos posibilita una conversación interna, una intimidad individual, abriendo espacios de reflexión, compasión y si lo permitimos, de refugiarnos en quienes nos rodean.
La tristeza también nos enseña a crecer y madurar, en especial cuando nos entrena en el desapego, la pérdida y el duelo, transformándose en un estado que abre una oportunidad de aprender a pedir ayuda.
La tristeza tiene un propósito de autoprotección y de unión con otras personas. Nos permite tomarnos un tiempo, volver a coger fuerzas y conservar nuestra energía para reintegrarnos y superar la pérdida.
3. ¿Qué puedes hacer para aliviar la Tristeza?
La tristeza es una emoción básica y necesaria como todas y por ello no está ajena a necesitar alivio (lee más sobre el alivio), de ser acogida y escuchada.
Con el Coaching podemos aprender a escuchar el mensaje que la tristeza nos trae, aprendemos de ella y descubrimos cuál ha sido nuestra historia con esta emoción, posibilitando la búsqueda de apoyo y recobrar la seguridad y la calma.
Encontrar momentos de relajación, conexión interior y tranquilidad como las entregadas por las Prácticas Internas Taoístas, se transforman en tremendas herramientas para retomar el equilibrio personal.
Acercarnos a la Creatividad, desde la música o la exploración plástica (crear sin necesidad de conocer alguna técnica, sólo improvisando), nos ayuda a descargar la emoción, encontrar un equilibrio y nos acerca al bienestar general.
4. ¿Y si reprimes tu Tristeza?
¿Haz escuchado el refrán “más allá de las nubes, siempre brilla el sol”? pues bien, si no lo habías oído antes te puedo decir que de alguna forma nos enseña que todo lo triste y difícil pasará porque nada es permanente y porque siempre vuelve la alegría y la esperanza. Pero, ¿qué pasa cuando dejamos de mirar el cielo para no ver la nubes? ¿qué pasa cuando maquillamos nuestro rostro para evitar que se vean las lágrimas? ¿qué sucede cuando forzamos las situaciones para que parezca que todo está bien siempre?
Reprimir nuestra tristeza puede favorecer situaciones de estrés, cansancio, falta de concentración, tensión (lee más sobre la tensión), vergüenza, depresión, adicciones o explosiones de llanto y ansiedad, situaciones que vuelven más complejo nuestro estado de ánimo justamente por estar permanentemente guardando nuestra emoción y no dejando que fluya de forma natural para dar paso a la calma y equilibrio que la siguen.
5. ¿De qué se compone la Tristeza?, ¿Qué otras emociones la acompañan?
La tristeza, como todas las emociones no se presenta sola, la rabia (lee más sobre la rabia), el miedo (lee más sobre el miedo) y la culpa la pueden acompañar dependiendo de cuál sea la situación que la desencadena.
Es así como si vivimos un evento irreparable que está asociado a una injusticia, es la rabia (lee más sobre la odio e ira), la impotencia las que pueden aparecer junto a la tristeza, en cambio en un duelo por la muerte de alguien amado, puede ser la culpa.
6. La Alegría, la medicina para la Tristeza
La alegría es una emoción complementaria a la tristeza (lee más sobre la alegría). Por su carácter positivo, generalmente viene acompañada de una sensación de bienestar y gozo. En general, es una emoción de corta duración y su energía nos invita a compartir y movernos hacia afuera.
Recordar momentos alegres y sensaciones corporales donde percibimos la alegría, son recursos de salud que nos permiten salir de la tristeza para entrar en estados de mayor tranquilidad y bienestar (lee más sobre la felicidad y alegría).
La tristeza tiene la nobleza de enseñarnos lo que es importante en nuestras vidas, nos invita a entrar en nuestro interior y acurrucarnos para conectarnos con el amor, el consuelo y la compañía de quienes nos rodean.
¡Gracias tristeza por permitirnos ser vulnerables y descansar del rol de la lucha permanente!
¡Anímate y deja un comentario sobre tu experiencia!
¿Sabes de alguien que esté viviendo una situación difícil con su tristeza?
¡Compárteles esta publicación! seguro que te lo agradecerán.
Un abrazo.